Sobndose su tremenda barrigota y
Sobándose su tremenda barrigota y después de eructar, un caníbal le dice a otro:
¡Bruuup! ¡Yo no volver a comer monja!
¿Por qué, Burundanga?
Porque, ¡puaaf… saber a madre!
Sobándose su tremenda barrigota y después de eructar, un caníbal le dice a otro:
¡Bruuup! ¡Yo no volver a comer monja!
¿Por qué, Burundanga?
Porque, ¡puaaf… saber a madre!