Insolente, en plena calle, un
Insolente, en plena calle, un borracho orina con movimientos de vaivén de izquierda a derecha. En eso, una viejita que pasa lo ve:
¡Pero qué bestia! ¡Qué bruto!, grita asombrada la anciana.
No se preocupe, pase, pase que la estoy sosteniendo, farfulla el temulento.