Pepito estaba sentado muy nervioso
Pepito estaba sentado muy nervioso frente a la maestra. Comenzaba a escribir y se le caía el lápiz de la mano; se agachaba para recogerlo; luego se sentaba en la orilla de su asiento; miraba para abajo y para el frente; cerraba los ojos y luego los abría como si fueran a salírsele.
La profesora, que lo había estado observando, le ordena:
Pepito, por favor, siéntate derecho.
¡Pues usted tampoco se mueva tanto, profesora!